Las bestias pop, íntimas

Viaje al interior del grupo musical para adolescentes de moda. Estuvieron en las Cataratas, donde grabaron el videoclip del tema “Mírame, mírate”. La locura que generan, la paz interior de sus integrantes.

Tres chicas realizan 1.284 kilómetros para llevarles una torta a dos de los cumpleañeros de la banda. Dos veinteañeras manejan más de 4 horas desde Asunción de Paraguay para pedirles un autógrafo y “quitarles una foto”. Toda una escuela de danza de Salto, Uruguay, se petrifica al verlos. Tres israelíes se hospedan exclusivamente en su hotel a sabiendas de su presencia. Bienvenidos al fenómeno de los TeenAngels.

Convivir un par de jornadas con los cinco jóvenes del grupo (y toda su comitiva) es toda una experiencia. Escuchar toda la logística que conlleva la movilidad del ensamble pop del momento en Argentina preanuncia todas las escenas de fanatismo que se verán en las Cataratas del Iguazú durante la grabación del videoclip Mírame, mírate.


“Ya no podemos volver hacia atrás” reza una de las líneas del tema y bien podría aplicarse para las cinco humanidades detrás de los personajes, primero de Casi Ángeles y hoy de TeenAngels. Es que luego del final de la tira, cuando se definió que el grupo seguiría, podría haber bajado la cantidad de seguidores. Nada de eso: 20 Gran Rex y el disco de oro por TeenAngels 5 (en una época en la que es muy difícil vender CDs) marcan a las claras que el ocaso no parece cercano en el horizonte.

Lali Espósito es la de pensamientos más profundos. Pese a ser la más precoz, en más de una ocasión del periplo por Misiones da muestra de ser consciente de todo lo que se genera a su alrededor, pero sin creérsela, para decirlo mal y pronto. Para ella, el click se dio en el último año de la serie; ése fue el momento del boom que hoy por hoy gozan y parecen no padecer pese a la carga que implica el constante acoso por una foto o aun autógrafo.

Los días de grabación son exigentes y pese a que la Garganta del Diablo se encuentra cerrada (ver video), el video cumplirá el propósito que tenía el Instituto Nacional de Promoción Turística (INPROTUR) de promocionar a las Cataratas como una de las siete nuevas Maravillas del Mundo. Profesionales al máximo, al momento de grabar las bromas (apartado donde mandan Nicolás “Tacho” Riera y “Peter” Lanzani) se dejan de lado; el tiempo apremia y la obligación llama.

Esa obligación, sin embargo, es vivida como un goce. Lali acerca una anécdota que pinta perfectamente como procesan los TeenAngels este fenómeno. “En la época de más trabajo, un día no me pude levantar de tanta exigencia. Me había desmayado y cuando me desperté estaba mi mamá con un médico”. Lo que para muchos hubiera sido motivo de parate, para la diminuta actriz se transformó en una respuesta diferente: “¿Qué hora es? ¡Tengo que ir al teatro!”. La similitud notable de la historia con una escena del personaje de Natalie Portman en El cisne negro, es reafirmada por la protagonista que explica: “Yo vi esa película y me fui muy shockeada. Había cosas de ella que me identificaban. Autoexigencia, la pasión por lo que hacemos. No era tengo que ir porque tengo que cumplir, era quiero ir porque no me quiero perder un segundo de lo que me está pasando”.

Junto a ella se encuentra Rochi (Rocío Igarzábal), quien junto a Peter cumplió años el 24 de agosto y pudo disfrutar del regalo de las tres fanáticas (ver “Las chicas de la torta”). La rubia es muy introspectiva, y no se separó de su cámara de fotos –lo que le trajo aparejado más de un reto del director del video- en todo el rodaje. “Uno necesita canalizar por otro lugar lo que expresaba con un personaje. Con Peter y Gastón (quienes hoy no están en la tele) tratamos de hacer eso con un deporte o con un hobby”.

“Tacho, Tacho, hola” dice la señora de más de 50 años. El chico está en prime time, en el show más visto de la televisión y tiene sus consecuencias. Nicolás Riera es el más requerido desde su participación en el Bailando, y probablemente sea el que abarque un público tras de sí más amplio. “Si fuera a pedir una foto y me decís que no, me iría frustrado, muy triste. Uno toma un poquito de conciencia, y quiere devolver un poquito”, esa es la explicación de Tacho a por qué siempre está presto para sus fans y agrega que trata “de disfrutar del baile, del vivo con Marcelo (Tinelli), de esa adrenalina”.

Gastón, el más grande del grupo, transmite calma a diferencia de sus dos compañeros que están todo el tiempo activos. Para él, hay un momento que lo marcó. Tiene que ver con la participación en Madrid de la entrega de premios de Los 40 principales y una charla con Robbie Williams. El inglés al conocerlos los saluda y les dice “Ah, ustedes son los TeenAngels”. No, Robbie no era fan de la tira ni tenía sus discos, pero se había sorprendido al asomarse por la ventana del hotel y ver fans que no estaban siguiéndolo a él sino al quinteto argentino. “No lo podíamos creer”, explica Dalmau al reproducir las palabras de Williams.

La llegada de las redes sociales galvanizó el fanatismo, y por ende, el contacto entre artistas y seguidores. “Te escriben desde Macedonia, desde Rusia” afirma Lali, al tiempo que reconoce ser poco amiga de la tecnología. “De suerte tengo mail. Soy la idiota que gasta teléfono”, confiesa. Por su parte Rochi cuenta que conoció a Cultura Profética por la recomendación de un contacto en Twitter desde Centroamérica.

Suele caer sobre grupos para adolescentes la acusación de ser meramente un producto. Que no hay arte en su trabajo. Que es una mercancía más dentro de un mercado ávido de generar necesidades para lograr realizar sus ventas y por ende aumentar sus ganancias. Sin entrar en ese debate, cabría preguntarse si eso es realmente lo importante o si por el contrario debiéramos generarnos interrogantes en torno a todo lo que pueden generar estos chicos. Porque esa emoción (casi al punto de la locura) que generan es real, y pueden llevar a que miembros de la Policía provincial de Misiones estén pendientes de una foto o a que esas mismas que viajaron para llevar una torta estén a la medianoche siguiente esperando la vuelta a la ciudad de sus ídolos. Afirmar esto, en todo caso, no borra que puedan ser un producto muy funcional, el tema es donde poner el foco, o al menos soslayar ninguna de las dos caras de la moneda.

La respuesta a este enigma quizás pase por la mano de Cris Morena, hábil para -a través de las generaciones- interpelar a miles y miles de chicos y adolescentes con sus tiras. “Laburando con Cris no estás haciendo solo TV. Haces la tira, la gira, el teatro, los discos. Uno tiene que saber aprovechar eso de la mejor manera”, afirma Rochi. Quizás por ahí pase este fenómeno llamado TeenAngels, que lejos parece estar de un final.









Fuente: Clarín

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