Teen angels, puro espíritu adolescente...

Producidas con make up y peinados bien cuidados. Cámara de foto en mano. Portando vinchas, gorros, remeras, carteles, banderas y cualquier soporte que les permita tener bien cerca los rostros y nombres de ellos. Compartiendo los mismos fánticos y la misma ansiedad por estar frente a ellos. Así se prepararon miles de adolescentes mendocinas para la llegada de los Teen Angels a estas tierras, en una espera que arrancó para algunas a las seis de la mañana de ayer.

"He ido a todos los espectáculos que han hecho acá. Los amo. No me pierdo ni un sólo capítulo de Casi Ángeles", confesó con nerviosismo Candela, mientras una amiga le escribía en su rostro el nombre de su ídolo, de su amor inalcanzable: Peter. Cerca suyo, un grupo de chicas compartía unas galletas y gaseosas para hacer la espera más amena.

Los vendedores aprovecharon la ocasión y desplegaron sobre las veredas toda una amplia variedad de objetos pertenecientes al marketing del programa. No faltaron los típicos oferentes de productos destinados a matar el hambre y la sed en lo que fue una calurosa tarde.





El colorido comenzó temprano. Ya de madrugada, se empezaron a delinear las hileras de jovencitas en los alrededores del estadio abierto Andes Talleres, en Godoy Cruz. Un compacto operativo de seguridad -formado por 130 policías y agentes- se encargó de cortar el tránsito en varias de las calles aledañas al Club apenas pasado el mediodía.

El ingreso a la cancha se llevó a cabo en forma gradual y recién abrieron las puertas a las 17.30 (una hora y media antes del show). "No es un público que requiera controles, pero exige mayores cuidados porque está compuesto en su mayoría por niños y adolescentes", explicó uno de los jefes del operativo, apostado en la esquina de Los Álamos y Fader.


Pese a semejante despliegue de seguridad y movimiento en los alrededores, el público fue bastante menor al que está acostumbrado este estadio. La zona del campo permaneció casi vacía. Según informaron los organizadores del evento, la cantidad de mendocinos que ayer presenciaron el espectáculo pergeñado por Cris Morena llegó a cinco mil.


Amor incondicional


Haciendo alarde de un amor maternal modelo, Nélida Rosas abandonó los agasajos y encuentros con familiares por el Día de la Madre y se apostó en un banco en el Andes Talleres para ver las coreografías de este grupo de jóvenes carilindos. "Aylén se lo merece, porque es buena hija y me ha traído una libreta excelente", comentó con orgullo.

Fueron muchos los novios, papás y mamás que acompañaron a sus hijas al espectáculo y otros que hicieron mucho más que eso. "Soy súper fanática desde que empezó la serie. Fui al hotel donde decían que estaban, pero era mentira. Y para sacarme la duda de que estuvieran en otro, le pedí a mi papá que esta mañana (por ayer) fuera a tomarse un café allí y me averiguara si estaban alojados", comentó Julieta Campana, quien dice "morir por" el actor Nicolás Riera.

La sorpresiva partida de Romina Yan también estuvo entre las conversaciones de las fanáticas. "Me dio mucha pena, fue algo tan inesperado. La venimos siguiendo desde Chiquititas. Se mostraba tan sincera y divertida...", soltó Agustina Fernández.

Los Teen Angels llegaron minutos antes y hasta tuvieron tiempo de hacer unos pases de fútbol en el predio. El comentario trascendió las puertas y suscitó la exclamación de los chicos y chicas que esperaban afuera. Con cámaras fotográficas y trepados a ventanas y árboles, algunos esperaron a los artistas en la puerta de ingreso. "El show termina 20.30 y enseguida parten al aeropuerto", comentó una informada fan.

Cuando las luces y la música dieron vida al escenario, las canciones que el público había improvisado desde la tribuna se materializaron en sus voces y sus cuerpos. Entonces, todo se resumió en un sólo grito



Fuente: diario Los Andes de Mendoza

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