La investigación judicial en Estados Unidos sobre el fatal accidente náutico que terminó con la vida de Mila Yankelevich, nieta de la reconocida productora argentina Cris Morena, continúa avanzando con revelaciones impactantes. La menor, de tan solo siete años, perdió la vida el 29 de julio pasado cuando una barcaza colisionó contra la embarcación en la que navegaba por las aguas de Miami.
Ahora, las autoridades han dado a conocer los testimonios de dos personas que presenciaron el momento exacto del impacto, aportando información crucial que podría cambiar el rumbo de la investigación.
Trabajadores intentaron evitar la tragedia sin éxito
Los nuevos testimonios provienen de trabajadores de la construcción que se encontraban realizando labores de techado en una propiedad ubicada frente a la bahía de Biscayne, justo en el área donde ocurrió el siniestro. Según las declaraciones presentadas ante las autoridades judiciales de Miami, estos hombres observaron con horror cómo la barcaza se aproximaba a alta velocidad hacia el velero donde viajaban varios niños, incluida Mila.
William Cruz, uno de los testigos principales, relató con precisión los momentos previos al choque. Desde su posición en el techo de la vivienda, Cruz afirmó haber visto claramente a un tripulante con vestimenta de trabajo verde neón sobre la barcaza, específicamente en la zona cercana a la grúa. El trabajador manifestó que, de haber existido contacto visual con el personal de la embarcación mayor, el desenlace podría haber sido completamente diferente, ya que habría dado tiempo suficiente para maniobrar o detener la nave.
El testimonio de Cruz describe la desesperación del momento: alertó inmediatamente a sus colegas sobre la inminente colisión. Todos se pusieron de pie de manera abrupta y comenzaron a gritar tratando de advertir a ambas embarcaciones sobre el peligro. Sin embargo, la distancia era demasiado grande y sus voces no alcanzaron a ser escuchadas. Para cuando el operador de la barcaza finalmente detectó la presencia del velero, la distancia entre ambas naves era ya mínima e insuficiente para evitar el impacto.
Segundos cruciales que no fueron suficientes
El segundo testimonio pertenece a Aldo Melgar, quien también presenció el accidente desde la misma ubicación. Melgar precisó que transcurrieron aproximadamente treinta segundos desde que comenzaron los gritos de alerta hasta que el tripulante de la barcaza finalmente observó el velero del Miami Yacht Club. En ese momento, tanto los menores como la instructora a bordo ya estaban gritando y haciendo señales desesperadas para que la embarcación mayor se detuviera.
Melgar describió que al percatarse de la situación corrió hacia la parte posterior de la barcaza vociferando al capitán. Aunque considera que logró ser escuchado, evidenciado por el apagado inmediato del motor y la rápida detención de la barcaza, el tiempo ya no fue aliado. El estruendo del impacto, comparado por el testigo con el sonido de un trueno, marcó el momento en que la barcaza golpeó al pequeño velero. La impotencia de haber gritado sin ser escuchados a tiempo dejó a los testigos en un estado de profunda angustia.
Las autoridades forenses de Miami-Dade confirmaron posteriormente que Mila falleció por ahogamiento accidental. A pesar de que los equipos de emergencia lograron extraerla del agua y realizaron maniobras de reanimación cardiopulmonar, la niña llegó sin signos vitales al Centro de Trauma Ryder del Hospital Jackson Memorial, donde finalmente se certificó su muerte. Estas nuevas declaraciones resultan fundamentales para determinar responsabilidades en este caso que conmocionó al mundo del espectáculo argentino y a la familia Yankelevich-Morena.












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